martes, 7 de octubre de 2008

Cuestionario Reportaje - Fernández Parratt

1. En función del texto de Parrat, defina las características más importantes del reportaje.

2. ¿Cuáles son las tendencias respecto al reportaje en la prensa?

3. ¿Cuál ha sido la evolución histórica del reportaje?

1. El reportaje se caracteriza, con respecto a otros géneros periodísticos, por su diversidad funcional, temática, compositiva y estilística. Es un género muy versátil, ya que puede incorporar y combinar múltiples procedimientos y recursos de escritura, absorber en parte o del todo otros géneros periodísticos informativos (como noticias, informaciones, crónicas, entrevistas) y de opinión (columnas y comentarios) y además puede asimilar parcial o totalmente géneros literarios y artísticos (como la novela, el ensayo, el short story, el cine o el teatro). El único límite lo imponen las exigencias de claridad, exactitud y eficacia inherentes a todo periodismo informativo de calidad. En definitiva, puede satisfacer todas las exigencias del lector contemporáneo y, a la vez, permitir al reportero captar con profundidad la realidad, llegar a la esencia de los hechos y de los acontecimientos. Se refiere a un género informativo en el que se refieren hechos que no tienen por qué ser estrictamente actuales, con un estilo informativo que permite más libertad que la noticia, y sin continuidad en el temario de los medios. existe una tendencia bastante generalizada a hacer una distinción entre el reportaje objetivo como género informativo, y el interpretativo, donde si bien el periodista no opina directamente, sí puede incorporar elementos analíticos.

El reportaje se clasifica en función de las siguientes variables:

* Criterio temático.

* En base a la función que ejerce y las modalidades de tratamiento de la información.

* Por su formato.

* Según sus características estéticas y formales.

* Conforme a su soporte y canal de difusión .

2. En el periódico, predomina la tendencia de relegar los reportajes a una serie concreta de secciones no consideradas centrales. De esta manera, los diarios valoran a los géneros más creativos como textos secundarios. Por ejemplo, en el diario El País casi todos los reportajes se ven relegados a las secciones de Cultura, Espectáculos, Contraportada, Sociedad y suplemento dominical. Si bien podría pensarse que el reportaje está condicionado por ciertos temas, en verdad depende más del talante de los profesionales y de las rutinas periodísticas que de los ámbitos temáticos de las secciones en los que aparecen. No obstante, los reportajes han sufrido, desde hace unos años, sensibles transformaciones técnicas, productivas, estéticas, temáticas y estilísticas. Estos "productos informativos de creación", y más en concreto el reportaje, devuelven a los lectores la certeza de estar siendo informados por una persona reconocible -no olvidemos que los reportajes, por norma general, se publican firmados-, dotada de un estilo personal y susceptible de equivocarse. Asimismo, la realidad que nos rodea es cada vez más compleja y el lector contemporáneo es diferente y se ha creado nuevas necesidades y exigencias, no sólo de estar informado conociendo lo que ocurre sino también por qué, para qué y cómo ocurre. Para la autora, debería ser el género predominante por excelencia en las próximas décadas. Cabe destacar que cumple una misión informativa y cultural. Y además informa a los lectores, comunica cuanto de comunicable haya en el mundo, conforma sus gustos, afina el paladar literario, ya que la información realizada y trabajada con altura, con nivel literario y precisión periodística puede ser una poderosa fuerza educativa.

3. "El reportaje es tan antiguo como la Humanidad", afirmó Martín Vivaldi. Es de suponer que siempre hubo hombres dispuestos a contar aquellos sucesos o hechos de que habían sido testigos y que se consideraban dignos de ser conocidos y, por tanto, divulgados. “La función de reportar novedades, noticias o testimonios es probablemente tan antigua como la misma existencia de la escritura, el género reportaje como tal se ha ido configurando a medida que la cultura periodística ha diversificado sus funciones y refinado sus técnicas”, se sumó a la misma corriente Albert Chillón. Y al tratar de determinar en qué momento de la historia se produce su nacimiento, agregó: “Va a nacer de la literatura testimonial tradicional (especialmente de las crónicas, relaciones epistolares, estampas costumbristas y relatos de viaje), se va a ir configurando aproximadamente durante la primera mitad del siglo XIX, con la sustitución de la prensa de partido, característica del siglo XVIII, por la prensa informativa de amplia difusión y se va a consolidar, entre las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, con el advenimiento de la denominada sociedad de comunicación de masas, de la mano de las agencias de noticias, los documentales cinematográficos, los informativos radiofónicos y, sobre todo, de los magazines ilustrados y los grandes diarios de información general. Alrededor de la mitad del siglo XX, los responsables de periódicos se dieron cuenta de que el mundo se había convertido en algo tan complicado en sus políticas, sus economías y sus ideologías, que era necesario apoyar los textos con comentarios para presentar las noticias de una forma clara. De esta manera, los éstos se inclinaron hacia lo que llamaban "reportaje interpretativo". Así es cómo surge una modalidad de reportaje diferente y superadora del concepto clásico representado por el reportaje objetivo. Es durante las décadas de los 50 y 60 cuando el llamado "gran reportaje" o reportaje en profundidad vive sus momentos dorados. Lo que había empezado como una modalidad periodística típica de las revistas gráficas, saltaba a los periódicos diarios mediante una serie de adaptaciones. De este modo, el reportaje interpretativo se convirtió a principios de los 70, en una de las piedras angulares y básicas del llamado "Nuevo periodismo", que, según Sebastiá Bernal y Albert Chillón, designa un heterogéneo conjunto de obras y autores cuyo denominador común consiste en su más o menos drástica distinción con respecto al periodismo escrito convencional publicado en Estados Unidos hasta los primeros años de la década de los sesenta.

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