domingo, 12 de septiembre de 2010

Durmiendo con el enemigo

¿Problemas a la hora de dormir? Si la respuesta es afirmativa, a modo de consuelo, no es el único al que atormentan: usted es uno más de los miles de argentinos con trastornos del sueño, un mal que está en alza. El relacionista público Marcelo Amaya cuenta la odisea que atraviesa toda vez que se acuesta. Los especialistas recomiendan calma, terapias y consejos.


Pasamos en promedio un tercio de nuestra vida durmiendo, tiempo esencial para descansar y recargar energía. Aunque para el RR.PP. Marcelo Amaya las sábanas lo tienen a maltraer. Su desorientado reloj biológico lo conduce hacia un estéril e incansable peregrinar. El lujo de conciliar armoniosamente el sueño se transforma en un proceso que debe enfrentar: el estrés. Pese a la extenuación, los ojos del protagonista se abren como persianas por la madrugada, despabilándolo por completo. Una misma piedra con la que vive tropezándose. Sin embargo, la torpeza poco tiene que ver en este caso. A partir de estos datos clave, se empieza a tejer la historia. Su sueño, nunca antes, había sido monitoreado con esmero. Sucede que en ese interín, los pensamientos secretos más profundos, y hasta en ocasiones ocultos e insólitos, quedan expuestos. Hasta aquellos de los cuales uno mismo ni siquiera tiene noción. Y toda esa escena quedará registrada en imágenes, sonidos y gráficos. Tras una prolongada y tediosa espera, finalmente cae planchado. La sensación que le sigue es una fusión de nerviosismo y ansiedad. El estudio del sueño, conocido en la jerga médica como la polisomnografía nocturna, detallará las dificultades a la hora del descanso. Los números manifiestan que el 33%de los argentinos no logra amigarse con la almohada. Son sueños fraccionados que lesionan la salud transversalmente: la física, la mental y la emocional. Cálculos que encienden la creencia de que pasar la noche desvelado y el día entre bostezos son un mal en alza. A medida que el día se escapa, mientras la mayoría de los ciudadanos regresa a su casa, Amaya inicia su jornada laboral. Debido al cargo de RR.PP que desempeña, está habituado a turnos; los nocturnos son los más complejos, porque se vive al revés. Erosionadas, las defensas del organismo poca resistencia pueden ofrecer, absorbiendo hábitos que no tardan en pasar la cuenta.

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