Santo de devoción para sus colegas, este busca talentos de la órbita de la Tierra sepulta un pasado turbio, gestado desde su juventud, como un capullo de flor silvestre que no termina de abrirse. Un época transformada en tiempos de cólera actualmente, que suscita el aborrecimiento de sus ex prosélitos, que anhelan atender al adusto personaje y despojarlo de las esferas de la humanidad con el valor de un soldado que no huye, por más que le queden por delante mil batallas.
La génesis de la enemistad, un “vuelto” o devolución de gentilezas en cantidad generosa a los autores materiales de lavar dinero para el hombre, que no es de pocas pulgas, en la urbe charrúa de Carmelo. El Madison Resort, aguantadero y centro diligente de pura fachada.
Por ese entonces, manejaba la batuta, sin dar rienda suelta, de Clorx S.A con la efectividad que sólo un obsesivo puede alcanzar y, de yapa, hacerle honor a su MBA. Favorecido por el modelo de país adoptado por la Argentina menemista, en una operación relámpago, comenzó a inflarle el score de productividad a la industria ascendiéndola hasta la máxima competencia. Sacándole el jugo a sus amiguismos con el gobierno de turno, posicionó sus productos de esmaltes y barnices en el mercado internacional, llevándolos más allá de las fronteras. Con tan sólo 22 años, ya había hecho sus primeras armas a través del emprendimiento.
Precisamente por aquellos días, ya en la notoriedad, entraron a tallar su corazón y los enraizados sentimientos que éste conlleva. En este terreno, nadie puede agraviar. Tanto la figura del fiscal como del abogado defensor no hacen a la causa, sino que su esencia transita por otros carriles.
Esa misma postura es la que adoptó la cónyuge que lo acompaña, quien hizo caso omiso a la las vivencias de infidelidad por parte del hombre que provoca estridencias en su accionar y que deambula por las penumbras del negocio de la pintura. Martillazos que se combinaron con su especial afición a la noche porteña y al whisky importado, proveniente de las arcas del emblemático Johnnie Walker, en su versión Red Label. Así, sin que su pulsera de plata tintineara o que su pulso le temblase, vetó esos oscuros flashbacks y les echó flit hasta alejarlos de una conciencia con varias pálidas en su haber. Controversial o no, esa fue la fórmula que le permitió conocer un flanco sensible de él, escondido como una fiera que en segundos atacará a su presa.
Luciendo un vestido de seda Harrods escote en uve, estampado sesentas, gafas de diseño y zapatos de salón negros, de punta redonda, los caminos de ambos se entrecruzaron cuando ella, de gala, salía “de gira” buscando oxigenarse del stress cotidiano, mientras que su par masculino ingresaba para finiquitar una transacción. En un fugaz flechazo de miradas acarameladas, resplandor de ojos mediante, cupido dijo presente y se hizo amo y señor de un affaire que se pasea en brazos hace ya larga data.
Pero la dama de aspecto retro ya era toda una experta a la hora de hurgar en el seno del jet set de guantes blancos, tanteándolo con el objeto de encontrar una media naranja con abultada billetera. Seductora con aires de vedette, supo encandilar al popular cantante Sergio Denis. Ferviente admiradora suya, sacó a relucir su gran éxito social, como si se tratase de un collar de perlas con el cual quisiera hacer show off y endulzó los oídos del rubio compositor, ya entrado en años.
En definitiva, estas son las características y el identikit del binomio que se encuentra prófugo de la Justicia por el delito de blanqueo de capitales. Escena que podría enmarcarse con el prototípico afiche de tipografía colorada, con su respectivo sello de “buscado” y “recompensa” pegado en un poste de luz.
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